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Campamentos ’boutique’: cuando menos es más

Campamentos de verano

Lo boutique está de moda. Hay hoteles boutique. Pero también celebraciones de boda, viajes, festivales de música o campamentos de verano boutique. ¿Y qué diferencia a estos servicios boutique de los demás? La respuesta es sencilla. Una boutique, palabra procedente del francés, se refiere a una pequeña tienda de ropa cuyo catálogo de vestidos y complementos es de fabricación artesanal.

O dicho de otra forma: en una boutique se encuentran faldas, sombreros, trajes, corbatas o pendientes artesanales. Nada de moda producida a gran escala, sino todo lo contrario: diseños muy personales que no encontrarás en los grandes almacenes. Además, el trato al cliente se realiza de forma personalizada. Cuando uno acude a una boutique, la persona encargada de atendernos suele conocer nuestros gustos y preferencias. Acudamos a una boutique o un centro comercial, la finalidad es la misma: comprar ropa. Pero la experiencia es completamente distinta. ¿Verdad?

Lo mismo ocurre con los festivales de música boutique, en los que los artistas y el público no están a cientos de metros de distancia. No es lo mismo ver a Pablo Alborán en un auditorio para 1.000 personas que en un estadio de fútbol con capacidad para 19.000 asistentes. La música se vive con una intensidad mayor cuando el cantante o el grupo que está sobre el escenario te puede mirar a los ojos..

Campamentos cercanos

También en los campamentos de verano que se organizan en toda España ocurre algo similar. Los hay capaces de acoger a 2.000 o más participantes y también están los que prefieren personalizar la atención a sus niños y niñas. Los campamentos boutique son aquellos que huyen de la masificación. Hemos podido comprobar que en los grandes campamentos los pequeños dejan de ser Pablo, María, Carlos o Daniel para convertirse en los “chicos del fondo” o “las chicas de la camiseta verde”. Es normal, ya que es imposible que un monitor pueda aprenderse más de mil nombres en una semana.

En el otro lado están los campamentos cercanos. Los que no sobrepasan de los 50 asistentes por turno. En estos casos, cada participante se siente único. Los monitores conocen sus preferencias a la hora de iniciar una actividad, proponer un juego o incluso sus gustos cuando llega la hora de comer. Todo es muy distinto cuando los acampados no se sienten uno entre muchos sino como miembros relevantes de una pequeña comunidad.

Una alternativa

Los campamentos de verano boutique son por tanto una alternativa a los clásicos, y a veces demasiado masificados, campamentos de grandes dimensiones. Padres y madres  sienten que estos campamentos reducidos resultan más beneficiosos para la socialización de sus hijos y su disfrute. Ir de campamento es como ir a clase. Y todo el mundo sabe que no es lo mismo estar en un aula con 70 alumnos que una de 30. En los pequeños albergues, suele también aumentar la ratio de monitor por niño. Porque tampoco es igual que se destinen 2 monitores por cada 50 niños a que haya un monitor por cada 10 o 15. En el segundo caso, el responsable de las actividades está pendiente de un grupo más reducido, lo que se traduce en una vigilancia más eficaz.

Hacer que l@s niñ@s se diviertan, disfruten de la naturaleza, aprendan a convivir, adquieran habilidades y vivan experiencias inolvidables es la principal tarea de  campamentos boutique como los que organiza TravelAventura en Málaga. Una forma distinta de entender el ocio infantil y con especial cuidado a la calidad en el trato personalizado a los participantes.

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