Julio está a la vuelta de la esquina. El calor pide paso con fuerza y las merecidas vacaciones están pegando en nuestra puerta. Los pequeños de la casa saben que este año vivirán unas vacaciones un tanto peculiares, pero los padres y madres sabemos que con su ejemplar comportamiento se han ganado a pulso disfrutar de unos días de relax. Los campamentos de verano son una opción muy valiosa para pasar estos días de ocio. En TravelAventura creemos que los campamentos deben significar una experiencia inolvidable para ellos, tanto por su aspecto lúdico como por sus objetivos educativos. Este verano el cuidado de la salud de los participantes será nuestra primordial misión, pero no por ello debemos descuidar todos los aspectos que hacen de los campamentos una actividad altamente recomendable.
¿Por qué es bueno acudir a los campamentos?
- Uno de los aspectos más positivos es la diversión. Los chicos y chicas se lo pasan en grande durante su estancia en los campamentos de verano. El invierno y la primavera han sido muy duros, especialmente este año con el Covid-19, así que ahora toca desconectar de los problemas y afrontar la nueva realidad con una sonrisa dibujada en la cara.
- Abandonar la rutina. Durante el encierro, la automatización de tareas se ha apoderado de nuestro día a día. Dejar atrás las rutinas y realizar otras actividades, como montar a caballo, hacer senderismo o nadar en la piscina regenera el cuerpo y la mente de cualquiera.
- Socializar. En las acampadas se suelen hacer nuevos amigos. Algunos de ellos pueden que se conviertan en la gran amistad de nuestras vidas. Los jóvenes amplían su círculo social, algo que resulta fundamental en esta etapa de sus vidas. Amigos, amigos y más amigos. ¿Se puede pedir más?
- Valores positivos. Muchas de las actividades de los campamentos poseen un carácter competitivo. Así que la sana competencia es uno de los valores que se les inculca a los participantes. El respeto y el cuidado del medio ambiente, el compañerismo, la solidaridad o la responsabilidad son otros de los aspectos que los monitores y educadores intentan reforzar en el grupo.
- Independencia. Realizar una estancia fuera de casa, sin papá y mamá al lado, suele ser un reto para muchos. Pero es una muy buena fórmula para potenciar su independencia. Ellos saben valórese por sí mismos y hay que dejar que resuelvan sus pequeños problemas diarios, como hacerse la cama, ordenar su habitación, mantener una más que correcta higiene personal y saber comportarse en una comunidad. Estos asuntos son vitales para que sepan desenvolverse en el futuro.
- Habilidades. Los programas de las acampadas presentan muchos retos, como escalar una pared de roca, hacer manualidades en equipo, aprender a orientarte en mitad del bosque… Los participantes aprendes estas habilidades durante su estancia en el campamento, donde también se les inculca, por ejemplo, el respeto por la naturaleza y los animales.
- Autoestima. Cada día que pasa, los pequeños se sienten más seguros y confiados. Han aprendido a hacer un montón de cosas, han vivido grandes aventuras, han disfrutado de muchas competiciones y ha pasado varias noches lejos de sus casas. Eso refuerza su autoestima y les hace conscientes de su capacidad para afrontar retos sin temor alguno.
- Hábitos saludables. Durante su estancia en el campamento, l@s cich@s descubren que es posible una vida sin internet, sin teléfono móvil, sin videojuegos ni Tick-Tock. ¡Y no por eso se aburren! Los campamentos de verano son espacios en los que se valora la alimentación saludable, el trabajo en equipo, el respecto y el cuidado de los recursos naturales.
Como ven, los beneficios de los campamentos van mucho más allá de pasar unos días en el campo. Los campamentos son una experiencia repleta de aventuras, amistad, aprendizaje y diversión.